viernes, enero 20, 2006

Sueños de mi Imaginación

Una vez soñé que volaba por el patio de mi escuela primaria, no muy rápido, siempre a la misma altura, como a dos metros del piso, llegaba hasta la pared y simplemente me impulsaba de regreso, pasaba por un lado del asta bandera y daba vueltas, como si fuera yo Peter Pan. Otras veces, no recuerdo si antes o después, soñaba que al ir corriendo por la plaza de la luz brincaba escalones abajo y el brinco era larguísimo, incluso podía permanecer mas tiempo en el aire si levantaba los pies para no pisar el suelo, y me desplazaba suave. Siempre que soñaba con eso pensaba que es lógico, casi matemático; la física actúa así. Al despertar aún caigo al suelo, al mundo real, soy denso, pesadísimo, actualmente más. Son sueños y solo eso.

Acabo de darme cuenta que en efecto puedo volar, alargar mis saltos y descender lentamente, estirar el tiempo y no despertar con la horrenda sensación de que el suelo ha desaparecido. Es complicado de explicar, va más allá de las leyes de física, de las ciencias exactas, que resultan inútiles en esta materia, es algo diferente a la fe, se llama imaginación, y tengo un montó. Tengo un costal lleno de imaginación en polvo, me sale de las orejas, a veces la encuentro en las profundidades de mi ombligo, cuando más extrañamente la encuentro es cuando empieza a crecer tanto que hasta se asoma por uno de mis fosos nasales. A veces me zumba en la cabeza como una abeja atrapada, otras me susurra sus mejores ideas como un hadita en mi hombro, la mayoría del tiempo trato de tenerla cómoda y entretenida en la sala de proyección de las ideas de mi mente, ella se sienta a disfrutar del cielo estrellado y la música envolvente que surgen a la par de las imágenes más extrañas que nadie haya podido ver ni verá hasta que no se las platique.

Ya me está instando a poner otro dictado en la grabadora de voz que me hizo comprar para llevarle la nota de sus bestialidades y barbaridades. Argumentos, me dice, ahí tienes un buen argumento. Son los argumentos que me da para escucharla. Está loca. Ya planeé como deshacerme de ella cuando no me deje dormir, la voy a inundar de alcohol. Creo que le ha asustado mi ingenio y mi crueldad, pues no deja se zumbar. Ya verá.