Ese cerro de la silla, coqueto y atractivo, se regala solito a quien lo mira. Le gusta viajar, se prende de un recuerdo, se hace polizón de las memorias. Se convierte en horizonte y ancla de nuestros corazones cuando partimos del terruño. Se vuelve estampa, se encariña y se hace adoptar por extraños y visitantes.
Ese cerro de la silla que me vio nacer, que me cuidaba asomándose por la ventana del kinder y cuando daba vueltas en aquél pequeño carrusel; me daba los buenos días y miraba a mi papá hacer locuras en las enormes ventanas de mi primer memoria; que me acompañaba allá en la distancia mientras con los cuates me comía unas tostadas en la tienda de doña Mary; que ha engalanado cada una de mis tardes de romance al lado de Milena en cada plaza, al regreso de cada noche de cine; al que le gusta mirarnos cuando nos sentamos a leer en una banca y sonríe al ver una cámara fotográfica. Ese cerro de la silla, increíblemente, cuando lo veo desde Cadereyta no siento que me de la espalda.
Ese cerro de la silla que me vio nacer, que me cuidaba asomándose por la ventana del kinder y cuando daba vueltas en aquél pequeño carrusel; me daba los buenos días y miraba a mi papá hacer locuras en las enormes ventanas de mi primer memoria; que me acompañaba allá en la distancia mientras con los cuates me comía unas tostadas en la tienda de doña Mary; que ha engalanado cada una de mis tardes de romance al lado de Milena en cada plaza, al regreso de cada noche de cine; al que le gusta mirarnos cuando nos sentamos a leer en una banca y sonríe al ver una cámara fotográfica. Ese cerro de la silla, increíblemente, cuando lo veo desde Cadereyta no siento que me de la espalda.
Y ese cerro de la silla que es tan mío como de los coterráneos, es tuyo si lo miras parado en sus faldas o sobre el cerro del obispado. Allá del otro lado de la Loma Larga se mira igual de bonito. Pero definitivamente no hay nada mejor que venir en carretera y verlo surgir al fondo; eso es señal de que estás en casa. Conforme vas notando su cara te das cuenta que ya te esperaba.
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